Este fue un extraño día de inspiración. Tenía una pechuga de pollo sin ninguna gracia y me daban pocas ganas de comerla. Tenía también coco rallado (últimamente siempre tengo, no sé por qué), y de pronto se me ocurrió esta receta: toda completa como un cuento.
Mariné el pollo por una o dos horas, luego lo pasé por una clara de huevo, luego por el coco rallado, y a la sartén con un poco de margarina (aceite o mantequilla si consideran que usar margarina es inmoral). Mi receta tiene otra cosa buena, y es que no es una fritura en profundidad -cosa por la que, debo confesar, siento un poco de temor por la cantidad de grasa que implican.
Aquí van los ingredientes con más detalles:
- Una pechuga de pollo cortada en tiritas (un dedo de largo y un dedo gordo de ancho)
- Coco rallado (1/2 tasa aprox.)
- Una clara de huevo ligeramente batida.
- Margarina, mantequilla o aceite (vegetal, sin sabor, no de oliva)
Para el marinado:
- Un trozo de gengibre rallado (1/2 a 1 cucharadita)
- Uno o dos dientes de ajo rallado
- El jugo de un limón
- Aceite de oliva (1 a 2 cucharadas soperas)
- Sal y pimienta a gusto.
La preparación es muy fácil y muy rápida:
1. Una vez que el pollo picado se ha marinado en el refrigerador por una o dos horas, retirar los trozos de pollo del marinado y quitarles un poco el líquido.
2. Pasar los trozos de pollo por la clara de huevo ligeramente batida y luego, una a uno por el coco rallado. 3. Luego, dorar en la sartén a fuego medio por lado y lado y: LISTO! Pueden comerlo con una ensalada fresca, arroz con mango, para acompañar un cocktail... lo que quieran!
No hay comentarios:
Publicar un comentario